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Los potros y potrancas en sus primeros meses es medroso, arisco y desconfiado; teme que le hagan daño. Por lo tanto, hay que empezar por inspirarle confianza y de una manera muy suave acariciarlo y ganarse su cariño.

 

A los potros y caballos hay que hablarles a medida que vamos trabajando con ellos y conversarles, que así le inspiramos más confianza; ellos nos entienden y se compenetran más con nosotros.

 

Tengamos muy en cuenta que con suavidad y cariño nos ganamos la confianza del caballo; aunque esto no quiere decir que cuando haya que castigarlo, no lo hagamos. Pero hacerlo con inteligencia, que el castigo sea oportuno, sin sevicia ni crueldad.

 

"La bestia es de inteligencia
y de una gran retentiva,
y exige mucha paciencia
y educación afectiva."

 

El amansador es una persona que debe reunir varias condiciones para que haga bien su oficio. Debe ser más que todo un educador y no un martirizador. Debe querer al caballo, gustarle su oficio, tener buen genio, y ser un buen sicólogo, condición esta muy importante, porque todo caballo tiene un temperamento distinto y unos obedecen a un sistema y otros a otro.